El Partido de la Libertad Austríaco (FPO, en sus siglas en alemán) y Herbert Kickl, un líder mesiánico, antieuropeo, partidario de Putin y racista, alcanzó el 29% de los votos.Los conservadores, segundos y ahora en el poder, tienen la llave: o apoyan a los ultras o buscan formar gobierno con los los socialdemócratas, que obtuvieron un 20%, su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial.