escucharescucharMañana se cumplen diez años del fallecimiento de Nelson Mandela. Su partida dejó un vacío en el mundo entero, pero su legado permanece inalterable, perdura como una llama eterna de justicia y reconciliación. Dedicó su vida a la lucha por la igualdad, la libertad y la dignidad humana. Su combate contra el apartheid y la opresión sentó las bases de una Sudáfrica inclusiva y multicultural. Su vida fue un testimonio de que el cambio es posible, inclusive en las circunstancias más adversas. Una de sus frases favoritas fue “la mayor gloria no es no caerse nunca, sino levantare siempre”. Al ser liberado se convirtió en un símbolo de reconciliación y unidad nacional.Su visión trascendió las fronteras de su país y se convirtió en un emblema de inspiración de orden global. En este sentido las Naciones Unidas invitan desde 2009 cada 18 de julio –día de su nacimiento– a celebrar el Día Internacional de Nelson Mandela, y en diciembre de 2015 fueron adoptadas las “Reglas Nelson Mandela para el tratamiento de reclusos” mediante la Resolución 70/175 de la Asamblea General ONU.Entre mayo de 1994 y junio de 1999 fue presidente de Sudáfrica y en ese carácter realizó una histórica visita a nuestro país, del 22 al 24 de julio de 1998. Aclamado por el pueblo argentino, durante 3 días mantuvo una agenda muy intensa, fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires, realizó una visita al Congreso de la Nación en un recinto desbordado de legisladores en el que recibió un aplauso de cinco minutos ininterrumpidos y visitó Ushuaia donde participó en la XVI Cumbre de Presidentes del Mercosur, en la que expresó: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es un cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento”. Nos cuenta la crónica de La Nación de aquel entonces que en las 24 horas en que estuvo en la Capital pronunció tres discursos, firmó varios acuerdos: uno sobre cooperación en la lucha contra el narcotráfico, otro para promover inversiones bilaterales y un tercero para promover consultas sobre asuntos de interés común, homenajeó al general San Martín, recibió importantes agasajos y agradeció el apoyo de la Argentina en la campaña internacional para aislar el régimen del apartheid. Antes, entre 1986 y 1991 las relaciones diplomáticas estuvieron suspendidas por decisión del gobierno argentino frente al apartheid. Previamente a si visita a la Argentina, había estado en Brasil, donde llamó a mejorar el intercambio cultural y comercial de Sudáfrica con América Latina.Diez años después de su muerte su legado nos desafía a ser agentes de cambios positivos en nuestras comunidades, a hacer frente a las injusticias y a promover los valores de igualdad, libertad y respeto mutuo. Mantengamos vivo su legado y honremos su memoria para contribuir a un mundo más justo como símbolo de esperanza, justicia y lucha por los derechos humanos en todo el mundo.Diplomático de carrera; exembajador en Nigeria y Filipinas; consejero y director del Comité de Asuntos Africanos del CARIJosé Néstor UretaConforme a los criterios deConocé The Trust Project
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