El primer ministro haitiano pide el despliegue de una fuerza multinacional para sofocar la violencia de bandas

En su discurso ante la Asamblea General de la ONU de este viernes, el Primer Ministro haitiano, Ariel Henry, ha vuelto a hacer un llamado al apoyo internacional para combatir la violencia rampante de las pandillas, un elemento de la crisis multidimensional que afecta a su país.

Actualmente grupos armados controlan zonas de la capital, Puerto Príncipe, y algunas ciudades, bloqueando carreteras, expulsando a los ciudadanos de sus hogares y forzando el cierre de escuelas, hospitales y negocios.

La lista “no exhaustiva” de violaciones y crímenes que han cometido incluye masacres, secuestros, pillajes, violencia sexual, trata de personas y reclutamiento de niños, ha afirmado Henry en su discurso.

La inseguridad ha alcanzado un punto crítico en las últimas semanas, provocando una nueva crisis humanitaria, con más de 16.500 desplazados “ocupando espontáneamente” más de 25 escuelas en la capital ha explicado el mandatario, que ha añadido que “la vida diaria del pueblo de Haití es muy difícil”.

“Es por eso que el Consejo de Seguridad, que tiene el poder y la autoridad necesaria según el Capítulo Siete de la Carta –de la ONU–, debe tomar medidas urgentes autorizando el despliegue de una misión de apoyo multinacional para apuntalar la seguridad en Haití” ha pedido.

La fuerza propuesta apoyaría a la Policía Nacional de Haití para derrotar a las pandillas y restablecer la paz y el orden.

A parte, ha saludado a los países y organizaciones que han expresado compromiso y solidaridad, particularmente Kenia, que se ha ofrecido a liderar el esfuerzo, y el bloque regional CARICOM.

Henry ha dicho que el uso de la fuerza es un primer paso inicial para crear un ambiente para que el Estado vuelva a funcionar. Sin embargo, ha enfatizado que también se debe abordar el desarrollo social y económico para encontrar una solución a la pobreza extrema que está en el centro de los muchos problemas que enfrenta Haití.

La nación caribeña, que comparte territorio con República Dominicana, ha sufrido grandes conmociones en los últimos años, entre ellos tres terremotos, ciclones y el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, explica la ONU en un comunicado.

Desde entonces, Henry se ha desempeñado como líder interino de Haití, donde aproximadamente la mitad de la población vive por debajo del umbral de pobreza y casi cinco millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria.

Las desigualdades sociales y la distribución desigual de los recursos han creado una enorme brecha entre las masas pobres y la pequeña minoría que controla el 90 por ciento de toda la riqueza del país, ha denunciado Henry. Mientras tanto, la pobreza extrema y el desempleo proporcionan un “terreno fértil” para el reclutamiento de pandillas.

Henry ha pedido a los haitianos en el país y en la diáspora que “trabajen mano a mano con el gobierno para combatir las pandillas, restaurar la seguridad y, como verdaderos demócratas, buscar el poder a través de las urnas”.

Ha agregado que “a pesar de la situación en el país, el gobierno interino está decidido a celebrar elecciones lo antes posible”.

El Primer Ministro también ha abordado la crisis emergente con República Dominicana, que ha cerrado sus fronteras con Haití tras una disputa por la construcción de un canal en el río Dajabón o Masacre.

“Quiero dejar constancia de que la República de Haití no está en guerra con nadie”, ha afirmado y ha añadido que “los haitianos son un pueblo generoso que siempre ha mostrado solidaridad y que cree en el diálogo y en la capacidad de compartir de manera justa los recursos compartidos con pleno respeto mutuo”.

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