De campeón nacional de malambo a ser una de las cartas de gol de la Selección Sub 20: la historia de Alejo Véliz

Alejo Véliz, uno de los goleadores con los que cuenta el seleccionado sub 20 (Instagram)(Enviado especial a Santiago del Estero) Alejo Véliz no sabe lo que es perder. Con 19 años, su esfuerzo siempre ha dado frutos, desde pequeño. Aquellos viajes de 100 kilómetros que hacía con su abuelo para poder entrenar, le han permitido cumplir un sueño que perseguía desde niño, triunfar en la selección argentina. “Estoy en la pieza en la que tal vez durmió Messi”, fue uno de los primeros comentarios que hizo en el grupo familiar cuando llegó al predio de Ezeiza para sumarse al combinado sub 20, mientras del otro lado un pueblo se revolucionaba.Es que Bernardo de Irigoyen, localidad santafesina que no supera los 2 mil habitantes, se ha convertido en una especie de museo viviente de la corta vida de Alejo, porque en esa escuela estudió, en esa plaza jugaba al fútbol, ahí viven sus abuelos y esa es la casa de la madre. Así repiten una y otra vez sus antiguos vecinos, que con orgullo le muestran a todo aquel que llega al pueblo que ellos, de alguna u otra forma, fueron parte del camino que este delantero que ahora se destaca en Rosario Central ha transitado hasta alcanzar la selección nacional.Así lo cuenta a Infobae Sebastián, hermano de Alejo, quien cuenta con sana envidia que su hermano no sabe perder. Desde chico se entusiasmó con el fútbol, si bien empezó en el baby en un equipo de Gödeken, el pueblo de su padre, su mayor etapa de niño y adolescente la hizo en el Unión Deportiva y Cultural de Bernardo de Irigoyen. Allí se destacó rápidamente, mientras en el colegio sacaba mejores notas que su hermano.En el deporte y en el estudio, no conocía la derrota, y tampoco en el baile. “Fue bailarín profesional, llegó a competir en Cosquín en representación de Santa Fe y ganó el primer puesto como malambo solista”, reveló su hermano, otro fanático del folklore. Ambos empezaron a practicar juntos en una Academia, a la que llegaron por sus deseos de mejorar su danza, y Alejo sorprendió al colgarse la medalla de campeón en el festival nacional.Alejo en su etapa como bailarín de malamboPero esta pasión siempre fue un hobbie en su vida, porque él quería ser futbolista. Colón de Santa Fe fue el primer club de Primera que le puso los ojos encima y, como su padre, Sergio, no podía abandonar su trabajo en la construcción de silos y su madre, Andrea, ama de casa no podía dejar a su familia, fue su abuelo el que todas las semanas recorría 200 kilómetros (100 de ida y 100 de vuelta) para llevarlo a entrenar.Luego llegó la oportunidad de jugar en Rosario Central y quedó tras la primera prueba, pese a que ya tenía casi 17 años y era difícil ganarse un puesto como centrodelantero. Pero, nuevamente ganó porque, como cuenta su hermano, Alejo “es una persona muy dedicada que ha tenido la suerte de ir cumpliendo todas las metas que se ha propuesto, pero todo por su sacrificio y esfuerzo”.“Es la persona más sencilla del mundo, a él le da lo mismo estar con las mismas zapatillas toda la semana o el mismo pantalón, se saluda con todo el mundo, no tiene problemas con nadie, no tiene problemas si hay que comer asado, fideos o un sánguche de jamón y queso, lo hace. Tiene una personalidad como que se toma todas las cosas a chiste, pero en el fondo lo hace con compromiso todo. Somos 3 hermanos y él es el que se toma la vida de otra manera, desde la risa, y suele sacarnos un poco, sobre todo a mí que soy un poco más estructurado”, ríe Sebastián desde el otro lado del teléfono.En su debut en la Reserva de Rosario Central, demostró toda su capacidad goleadora. En 18 minutos le hizo tres goles ante Central Córdoba de Santiago del Estero, un anticipo de lo que iba a hacer poco después en la máxima categoría. Sus primeros minutos como profesional los sumó en julio de 2021, en un duelo por la Copa Sudamericana ante Deportivo Táchira, y desde entonces se ha ganado un puesto como titular en el Canalla y le ha marcado a Newell’s, Racing, River Plate (dos en el Monumental) y Boca Juniors.Su tantos le abrieron rápidamente las puertas de la selección argentina y Mascherano lo llevó al Sudamericano sub 20 celebrado en febrero, en el que el equipo no hizo pie y quedó eliminado en la primera ronda. Pero, ante la chance de disputar el Mundial en el país, el Jefecito no dudó en volver a confiar en él para este gran reto en el que buscará conquista, como lo hizo Bernardo de Irigoyen, en el escenario de Cosquín y en el Gigante de Arroyito.Seguir leyendo:Luka Romero, a horas del Mundial Sub 20: su vida en Argentina, la pregunta de Sergio Ramos en su debut y el grupo de Whatsapp de los europibesLo comparan con Ortega, le cumplió el sueño a su mamá y es una de las esperanzas de la Selección Sub 20: la historia de superación de Juan GautoAgustín Giay, el defensor fanático de la pesca al que apuesta Mascherano en el Mundial Sub 20

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