Coronación Rey Carlos: los ‘corgis’ de la Reina Isabel II y cómo ayudar a una mascota en duelo

escucharescuchar“Mi hermana tenía un perro bulldog llamado Boxer que estuvo siempre a su lado hasta que murió de hipertrofia a los 26 años. Cuando falleció, Boxer cambió mucho: ya no era igual de activo que antes, no estaba de ánimo para jugar con nadie y no se alejaba de la puerta del dormitorio de mi hermana.Un día caminamos juntos hacia la tumba y después de que Boxer olfateó el lugar se acostó junto a la lápida. Desde ese día se negó a abandonar el lugar y como nadie podía sacarlo de allí se murió ya que se negaba a comer. Cuando esto ocurrió, le pedimos a la funeraria si se podía enterrar a Boxer junto a su dueña”, narra el usuario Jackson Riddles en un posteo de Quora.Esta es una de las miles de historias que narran el sufrimiento de las mascotas cuando su amo o uno de sus referentes fallecen. Historias que pueden llevar hasta las lágirmas a los simpatizantes de los animales y a una tristeza incomparable al percatarse de que no hay manera de expresarle -en lenguaje humano o similar- al “peludo” que su ser querido ya no está.¿Sufren los animales la pérdida de un ser amado? ¿Cómo se puede hacer para acompañarlos en el proceso de duelo cuando la persona a cargo también lo está atravesando? Estos interrogantes suelen ser usuales en familias -o personas- que perdieron a un ser querido que mantenía un vínculo especial con su mascota.Según representan algunos de los relatos más conocidos y famosos sobre mascotas que viven un duelo -algunas convertidas en libros, películas o mitos populares-, se puede inferir que el animal cambia su conducta y su ánimo que para profesionales. estos son síntomas claros de dolor emocional.MARITCHU SEITÚN: EL VALOR DEL ESFUERZO, LA FRUSTRACIÓN Y LA EMPATÍA“Los animales de compañía crean fuertes lazos afectivos con sus tutores y buscan su protección y seguridad; la separación o pérdida del dueño puede generarles mucho dolor, ansiedad o incluso, depresión”, explica a LA NACION María Virginia Ragau Santos, médica veterinaria y especialista en Etología Clínica. Para ella, ese vínculo tan poderoso entre un “amo y su mascota” se denomina apego.“Esa persona que ya no está era quien cuidaba, alimentaba, daba protección y consuelo al animal. Por eso, los animales se identifican con ellos como un ‘ser de apego’ y crean un lazo emocional especial”, destaca la médica veterinaria.Sucesivamente Silvia Mallofré, magíster en Etología canina por la Universidad Autónoma de Barcelona y docente de un curso de especialización de filosofía animal, añade que los profesionales de sanidad animal descubrieron que el vínculo que crean los perros con sus tutores es similar al de un bebé con sus padres o cuidadores. Incluso, revela que esta relación llega a ser más potente que la que tienen con otros perros o animales de la casa.Sin embargo, añade la especialista que, dado el caso de que el tutor del can fallezca y el animal empiece a demostrar cambios conductuales, hay formas en las que el resto de la familia puede acompañar y ayudar a transitar el momento de dolor.El animal cambia sus conductas y su ánimo luego del fallecimiento de su tutor, por lo que, para los profesionales es un conjunto de síntomas claros de dolor emocionalShutterstockLos casosEn las últimas décadas los perros Corgis se convirtieron en un símbolo de la realeza al ser la única raza de canes que tuvo durante más de 80 años la difunta reina Isabel II de Reino Unido. Animales simpáticos y estéticamente tiernos con sus orejas rubias puntiagudas y su largo torso peludo. El primero de ellos llegó a la vida de la monarca cuando ella tenía 18 años, como regalo de sus padres; se trataba de una hembra llamada “Susan” que se convirtió en la matriarca de una manada de cachorros que perduró por 14 generaciones.Años antes de que Su Majestad falleciera, ya se había tomada la decisión de no tener más perros después de que muriera el último corgie de esta camada. Pero el encierro de la pandemia, la animó a buscar dos nuevos ejemplares: Muick y Sandy, que no son descendientes de Susan. Ambos acapararon la atención y se convirtieron en uno de los focos del funeral de la reina cuando fueron fotografiados sentados junto a los soldados del Ejército Real esperando que pasara el féretro que transportaba a su amada patrona.La reina Isabel II junto a uno de sus corgis en plena celebración de sus 70 años como monarcaRápidamente cientos de tweets y comentarios en las redes sociales cuestionaban qué haría la familia real británica para contener a los canes y “explicarles” que Isabel II ya no estaría con ellos. Días más tarde Buckingham emitió un comunicado en el que informaba que el príncipe Andrés -hijo de la reina- y Sarah Ferguson -ex esposa de Andrés y amante de los animales- se harían cargo de ellos.REINA ISABEL II: LAS PASIONES OCULTAS DE LA MONARCA MÁS LONGEVA DE LA HISTORIA“Ahora ya levantan la cola, así que creo que están superando el duelo”, aclaró recientemente Ferguson, también conocida como “Fergie”, mientras conversaba con Rylan Clark en un programa de BBC Radio 2. “Son muy tiernos. Creo que ella los entrenó para que sean tan dulces, de modo que cuando tienes una galletita y se las das, como ella solía hacer con sus pequeñas manos, la muerden con mucha suavidad”, reveló Fergie sobre el estado actual de Sandy y Muick. Por último contó: “ladran constantemente a la nada, mi teoría es que cuando lo hacen significa que ella está pasando por aquí”.La Reina Isabel II llega a la estación King Cross con sus cuatro perros de raza CorgiAFPOtro caso real llevado a la pantalla con Richard Gere como protagonista en “Siempre a tu lado” es Hachiko, perro japonés de raza akita que vivió entre los años 1923 y 1935, pero que gracias a sus acciones y a la lealtad que tenía hacia su dueño quedó inmortalizado en el imaginario colectivo.Su dueño se llamaba, Hidesaburo Ueno, era un agrónomo que dictaba clases en la Universidad de Tokio y de quien Hachiko se volvió inseparable. Con el paso del tiempo, el can se acostumbró a acompañarlo -tanto de ida como de vuelta- a la estación de tren de Shibuya desde donde partía para ir a Tokio a dar clases. Pasaron los años y tanto el perro como su dueño mantuvieron esta rutina hasta que el 21 de mayo de 1925, fecha en que Ueno falleció a causa de una hemorragia cerebral mientras dictaba una clase en la universidad. Tristemente y a pesar del fallecimiento de su dueño, Hachiko siguió acudiendo religiosamente a la estación a la espera de su amo.Conmovidos por la lealtad del perro que no se movía del lugar, los comerciantes y ciudadanos que lo veían todos los días lo homenajearon en vida en 1934 con una estatua en su honor en la estación de Shibuya. Un año después murió y dejó como legado la devoción y el amor de una mascota por su dueño.Famosa escultura del perro Hachiko en el distrito de Shibuya, Tokio, JapónShutterstockSeñales de alerta para tener en cuentaSegún los Veterinary Centers of America (VCA), cuando un animal pierde a su dueño, se aflige demasiado y reacciona como puede a la nueva realidad que lo rodea. Para los especialistas de esta institución, al igual que las personas, los perros suelen tener los siguientes comportamientos:Manifiestan conductas depresivas y apáticasTienen menos apetito o casi no comenSe niegan a jugar o a hacer las actividades que antes disfrutabanDuermen más de lo normalSe mueven más lentamente y en casos, con actitud de enojados“Cuando empiezan a tener estas conductas de manera repetitiva se recomienda la intervención de un etólogo canino para ayudar con el diagnóstico y con la mejora del cuadro”, dice Mallofré.¿Pueden los perros darse cuenta de que alguien murió?Según explica la Dra. Mallofré los canes se pueden dar cuenta de esto gracias a su fuerte sentido del olfato que les permite percibir los químicos que segregan las personas sobre su estado emocional y físico; es decir, pueden darse cuenta de un cuerpo en descomposición/enfermo como también de alguien que está estresado o deprimido. “Justamente, hay perros que están entrenados para detectar bajadas de azúcar y avisar a su dueño que debe tomar la medicación; hay otros entrenados para detectar cáncer a través de la orina y así con muchas otras afecciones”, explica la especialista.“Es posible que el animal no entienda la muerte como algo permanente o como la entendemos los humanos, a veces esperará pacientemente creyendo que el cuidador fallecido regresará”, destacan los profesionales de VCA. Asimismo, agregan que otra hipótesis es la de creer que los síntomas de malestar del perro pueden ser simplemente una reacción al dolor exhibido por los humanos en la casa cuando lidian con la muerte del familiar.“Los animales tienen la capacidad, al igual que las personas, de interpretar las necesidades, emociones y sentimientos de otros como si fueran propios. Ellos tienen la virtud de experimentar la empatía de la misma manera que hacemos entre humanos”, revela la Dra. Ragau Santos. Para la especialista, el nivel de empatía puede llegar a ser tan alto que, justamente, pueden verse afectados si su tutor o las personas de su entorno están enfermos; a esto se lo denomina clínicamente como “contagio emocional”.La figura del nuevo tutorOtro factor que incide y afecta a los animales durante este período de duelo, es el cambio de sus rutinas. Como su vida, horarios y hábitos giraban en torno a su dueño, al desaparecer y pasar al cuidado de otra persona, el can se debe readaptar e incorporar a la nueva dinámica de la persona que lo acoge temporal o indefinidamente.“Sabemos que los perros pueden crear más de un vínculo de apego. Si el nuevo tutor lo cuida y lo contiene puede tener mayor facilidad para adaptarse al nuevo entorno y mejorar su estado de ánimo”, revela Mallofré.Por otra parte, a la hora de ayudar a los pequeños para que se amolden a los nuevos cambios y puedan realizar el proceso de duelo acompañados, la Dra. Ragau Santos hace énfasis en que la mejor forma de asistirlos es reduciendo el estrés, aumentando el ejercicio, los juegos y paseos; en síntesis promover actividades que favorezcan la exploración y el aumento de la interacción social. En caso de que el animal mantenga el estado anímico bajo, ambas profesionales coindicen en que es clave buscar ayuda de un especialista canino.Victoria Vera ZiccardiTemasVínculosMascotasEmocionesConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de VínculosMascotas. Qué hacer si su perro ronca y no lo deja dormirVolver al ruedo. La vida después de la separaciónGente rígida. Por qué es importante ser flexible en situaciones adversas

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