París-2024 y una "contribución positiva para el clima" a tomar con cautela

Los organizadores anuncian unos Juegos Olímpicos de París-2024 con una “contribución positiva para el clima”: una promesa a tomar con mucha cautela, que se funda en la voluntad de reducir las emisiones pero también en un recurso masivo al mecanismo de la compensación de carbono.. “Reducir, reducir, reducir”París-2024 contempla la emisión de 1,58 millones de toneladas equivalentes de CO2, una drástica reducción en las 3,5 millones de toneladas de media de anteriores citas olímpicas como las de Londres-2012 y Rio-2016.Las emisiones previstas se dividen en tres partes: una por los desplazamientos (entre ellos, un 25% de las emisiones totales las conforman los viajes de los espectadores), otra por las construcciones (en ellas, un 25% del total por los de las infraestructuras permanentes) y una tercera por las operaciones propias de los Juegos (alojamiento, seguridad, restauración, etc).La huella de la construcción es limitada gracias al recurso en un 95% a infraestructuras ya existentes o temporales, algo que contrasta radicalmente por ejemplo con lo ocurrido con el reciente Mundial de fútbol de Catar. Esta vez no es necesario construir estadios y estadios, o hacer obras faraónicas, desde la nada.Los organizadores tratan de minimizar también la huella de los Juegos Olímpicos recurriendo a la electricidad con origen renovable, sirviendo a los espectadores platos “bajos en carbono” con menos carne u optando por sedes conectadas mediante transportes colectivos.”Estamos aquí para mostrar que podemos hacer estos Juegos con la mitad de las emisiones que teníamos por costumbre”, indica la directora de excelencia medioambiental de París-2024, Georgina Grenon. “Con el límite de lo que técnicamente resulta realizable en 2024, habremos hecho todos los esfuerzos por reducir, reducir y reducir”, asegura.. Mucha compensación”Compensando todavía más las emisiones de CO2 respecto a las que vamos a emitir, nos convertiremos en el primer gran evento deportivo con una contribución positiva para el clima”, confían los organizadores.Esa compensación consiste por ejemplo en financiar paralelamente el plantado de árboles que absorberán CO2. Sería así cuantificable absorber o evitar más CO2 que el que será emitido durante el evento.El recurso a estos mecanismos, a menudo poco o mal verificados, es algo duramente criticado por los expertos de la ONU. Pero los organizadores de los Juegos Olímpicos aseguran que sus compensaciones serán muy rigurosas.Los ejemplos incluyen proyectos para preservar los bosques o facilitar equipamientos de cocina más eficaces en África, donde la leña todavía se utiliza de manera masiva en los hogares para preparar los alimentos.”Por las emisiones que no sabemos reducir o evitar, financiamos proyectos de contribución climática”, subraya Georgina Grenon.”La compensación es una opción aceptable”, estima Madeleine Orr, profesora de la Universidad de Loughborough (Reino Unido) y experta en Ecología del Deporte.Sin embargo, Orr se muestra con más reservas respecto a la consideración de unos Juegos “sostenibles”.”Incluso aunque hagan todo como deben hacerlo, un gran evento internacional no puede ser perfectamente sostenible”, estima esta experta. “El evento más sostenible es el que no se celebra”, sentencia.”Decir que un evento tiene un impacto positivo en el clima es tramposo. El evento, por sí mismo, genera gas con efecto invernadero, que es malo para el clima. El apoyo financiero de los organizadores a proyectos exteriores no cambia nada en eso”, subraya Lindsay Otis Nilles, de Carbon Market Watch.. Las metas para el futuro¿Cómo se puede llegar más lejos para reducir el impacto medioambiental en unos próximos Juegos Olímpicos?Varios investigadores habían vaticinado, en un estudio publicado en 2021 en Nature, una auténtica revolución.”Tres acciones deberían hacer los Juegos más sostenibles: reducir considerablemente la talla del evento, hacer circular los Juegos entre las mismas ciudades y poner en funcionamiento normas independientes de durabilidad”, preconizaban.Madeleine Orr apunta también a un futuro en el que los Juegos sean más pequeños, con menos espectadores procedentes de lugares lejanos en avión.”En el futuro es posible reducir el tamaño del evento, lo que abre la puerta a infraestructuras más pequeñas y menos hoteles, menos desechos, etc, sin erosionar la experiencia de los deportistas o el espectáculo, que puede ser difundido por las televisiones de todo el mundo”, afirma.”Al mundo le encantó ver Tokio (en 2021) y Pekín (en 2022), incluso sin espectadores”, afirmó esta experta sobre las dos últimas citas olímpicas -una de verano, otra de invierno-, marcadas por las enormes restricciones debidas a la pandemia del covid-19.”Se puede tener unos Juegos más sostenibles”, concluyó.jmi/bl/ico/dr/psrAFPSeguí leyendoJuegos Olímpicos. La ausencia de climatización en las habitaciones de París 2024 preocupa a los atletas”Yo no estaba ahí” y “una o dos patadas”. Una por una, las declaraciones más fuertes de los acusados de asesinar a FernandoRecreación. Así se “escuchó” desde el espacio la erupción volcánica de TongaConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectTemasservicio-de-noticias

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