Los lazos que “unieron” a Emiliano Zapata y Porfirio Díaz

Emiliano Zapata a caballo (Foto: AHUNAM)Desde antes del estallido de la Revolución Mexicana, Emiliano Zapata estuvo comprometido con la causa social de los campesinos de su pueblo natal que se mantuvieron en pie de lucha desde el virreinato en contra de los abusos de los españoles y posteriormente contra las autoridades que no supieron o quisieron arreglar el problema de las tierras arrebatadas.Nació en el pueblo de Anenecuilco en agosto de 1879. Cursó la primaria gracias a los esfuerzos de sus padres que vendían ganado, sin embargo, fallecieron cuando Emiliano rondaba entre los quince y dieciséis años. Tras pleitos con la policía huyó a Puebla donde desarrolló habilidades con los caballos, cosa que le ayudó económicamente, pues fue contratado en haciendas por su destreza en la montura a los 20 años.En esos andares se encontró con un controvertido familiar político del entonces presidente Porfirio Díaz. En 1906, Zapata trabajó en la hacienda de San Carlos Borromeo en Cuernavaca donde conoció a Ignacio de la Torre y Mier con quien entabló amistad, la cual quedó registrada en los diarios de Amada Díaz, su esposa.De hecho no fue el primer contacto indirecto entre Zapata y Díaz puesto que el abuelo del caudillo, José Zapata, ayudó a Porfirio Díaz durante su campaña en 1866 en el sur del país para hacerse de hombres en contra de los franceses que aún dominaban la capital. José fue dignatario en Anenecuilco a finales de 1860 y principios de 1870 y se desempeñó en otras funciones en Valle de Ayala.Zapata fue caballerango en una hacienda en la Ciudad de México (Foto: AHUNAM)En 1910 Zapata fue reclutado por el ejercito como una posible maniobra represiva. Lo anterior se debe a que en 1909, con treinta años, fue nombrado jefe de la Junta de Defensa de Anenecuilco. Su misión era la de recuperar las tierras usurpadas revisando los títulos de propiedad del pueblo. Para esto fue con un abogado y después consultaría a Paulino Martínez y a Jesús Flores Magón.Al reunirse con opositores destacados del gobierno de Díaz, la mirada del gobierno cayó sobre el futuro caudillo. Pero el intento de reclutamiento fue impedido gracias a la influencia de Ignacio de la Torre y Mier. Esta intercesión y los textos de Amada dieron paso al mito sobre la naturaleza de la relación entre De la Torre y Zapata.Al ser salvado de la leva, Zapata se desempeñó como caballerango mayor en la hacienda de De la Torre (fue un importante hacendado en la producción de azúcar) durante varios meses como una forma de pago y agradecimiento. Gracias a ello conoció a su futura esposa Josefa Espejo, hija de una familia de hacendados que le prohibieron la unión con un “revoltoso”.Francisco I. Madero fue padrino en la boda de Zapata para afianzar su alianza (Foto: INAH)También se percató de los lujos y las diferencias sociales que predominaban en la época porfiriana, llegando a decir que los caballos vivían mejor que los campesinos de Morelos. Al volver a su pueblo se encontró con que un hacendado no quiso devolver unas tierras que le pertenecían a habitantes de Anenecuilco.Ante la inacción del gobierno y agotados los medios legales, Zapata juntó 80 hombres pobremente armados y tomó a la fuerza algunos de los terrenos de la hacienda. Escribió a Díaz para que este facilitara la devolución de terrenos, ya delimitados y nombrados, a los campesinos. La situación no escaló debido al clima político agitado por el antirreeleccionista Francisco Madero.Para el caudillo lo importante del movimiento Maderista fue el tercer artículo del Plan de San Luis ya que estipulaba la devolución de las tierras a los pueblos que habían sido despojados por las haciendas. Sin embargo, esto no fue cumplido y Zapata cargó la batalla contra el futuro presidente Madero.SEGUIR LEYENDO:Qué dulces le gustaban a Pancho Villa y por qué odiaba el alcoholPlan de la Noria: la irónica oposición de Porfirio Díaz a la reelección de Benito JuárezEl alcoholismo de Victoriano Huerta, “El Chacal Borracho”

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