El viaje entre Mar del Plata y Chapadmalal no se limita a un simple traslado. Este recorrido de aproximadamente 26 kilómetros, que toma al menos 30 minutos en automóvil, representa una experiencia en sí misma.A lo largo del trayecto, por la Avenida de los Trabajadores y la Ruta Provincial 11, los viajeros encuentran miradores hacia playas paradisíacas rodeadas de enormes acantilados, un símbolo característico de la región.Estas paradas permiten admirar la inmensidad del mar, disfrutar de paisajes únicos y conectar con la tranquilidad que ofrece la Costa Atlántica en esta zona. Esto representa un plan ideal que va más allá de bañarse en el mar o de permanecer en la playa.Aquí, un repaso por las postales inolvidables que se pueden apreciar en el recorrido.Playa AlfarAl sur de Mar del Plata, no muy lejos del Faro de la Memoria, Playa Alfar se distingue por tener un entorno natural con aguas cristalinas. Este rincón combina la serenidad de un paisaje agreste con las facilidades de los balnearios, creando un equilibrio atractivo para los visitantes.Sus amplias franjas de arena invitan a desconectarse en un ambiente relajado y rodeado de naturaleza. Además, los acantilados que enmarcan el horizonte al atardecer regalan una vista inolvidable, perfecta para quienes buscan una postal única.Playa SerenaOtra de las paradas imperdibles es Playa Serena, que se distingue por sus imponentes acantilados y su paisaje agreste. Este destino, más aislado y menos concurrido, resulta perfecto para quienes buscan calma y una conexión más íntima con la naturaleza.La ausencia de grandes multitudes convierte a esta playa en un refugio ideal para disfrutar en familia, con amigos o en soledad, acompañado solo por el sonido relajante del mar. Además, sus características la hacen un lugar propicio para la contemplación y el descanso, lejos del ajetreo urbano.Luna RojaMás adelante, en el kilómetro 542 de la Ruta Provincial 11, se encuentra Luna Roja. Esta playa, situada a 13 kilómetros de Mar del Plata, combina un entorno agreste con servicios que facilitan la estadía de los visitantes.Luna Roja tiene paradores, opciones gastronómicas, áreas recreativas y la posibilidad de practicar deportes como el surf. Además, cuenta con una escuela especializada en este deporte y una rampa de skate que atrae a aficionados de todas las edades. Para quienes deseen prolongar su estadía, hay cabañas y suites frente al mar que brindan comodidad y vistas espectaculares.Las playas de ChapadmalalEl recorrido culmina en Chapadmalal, un destino que combina historia, naturaleza y modernidad. Su nombre proviene de la antigua Estancia Chapadmalal, un extenso terreno de 20.000 hectáreas que perteneció a la familia Martínez de Hoz.Durante las primeras décadas del siglo XX, este lugar fue visitado por familias como los Zorraquín y los Bullrich. Más tarde, los surfistas descubrieron sus playas vírgenes, consolidándolas como un paraíso para este deporte.Chapadmalal conserva su esencia natural y agreste. Su playa central se destaca por la diversidad de paisajes que ofrece: médanos, bosques, acantilados y amplias extensiones de arena fina.Los atardeceres en esta zona son ideal para fotografiar, con tonos anaranjados que se reflejan en el mar. La fuerza del oleaje del océano Atlántico, sumada a la tranquilidad que ofrece el lugar, crea un contraste perfecto para quienes buscan descanso y actividades al aire libre.Chapadmalal, con su terreno sin grandes altitudes, es un lugar ideal para quienes disfrutan del trekking y el running, donde se pueden recorrer diversos paisajes naturales. También se destaca como un sitio preferido por los aficionados al surf y la pesca deportiva.Este rincón costero también se ha convertido en un punto de encuentro para los más jóvenes, quienes disfrutan de eventos como los “afterbeach” en un entorno relajado y natural. Además, las características del lugar lo posicionan como un destino ideal para quienes valoran la autenticidad y la conexión con el entorno.
