La transmisión del SARS-CoV-2 o la gravedad de la COVID-19 también podría repetir los cambios estacionales de la gripe (REUTERS/Amir Cohen)Las condiciones climáticas, meteorológicas y ambientales no son las principales causas de la pandemia por COVID-19 que azota al mundo y ya dejó más de 5,7 millones de muertos. Sin embargo, sigue habiendo dudas sobre si factores como la temperatura, la humedad, la calidad del aire y la luz ultravioleta pueden influir en la propagación del virus del SARS-CoV-2 y la enfermedad (COVID-19) que causa.Muchas infecciones respiratorias virales, como la gripe, tienen picos de prevalencia estacional y otras sensibilidades ambientales o meteorológicas. Por lo tanto, la transmisión del SARS-CoV-2 o la gravedad de la COVID-19 también podría repetir estos patrones y las condiciones ambientales podrían influir en dónde y cuándo ocurrirá la reaparición de la enfermedad y qué tan grave puede ser.La transmisión de COVID-19 puede aumentar estacionalmente debido a la temperatura y la humedad, incrementándose en diferentes épocas del año en diferentes regiones, según un nuevo estudio en The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.La transmisión de COVID-19 puede aumentar estacionalmente debido a la temperatura y la humedad (REUTERS/Mario Anzuoni)Por ejemplo, las áreas más frías de los EEUU, como el noreste, pueden tener más casos en el invierno, mientras que las áreas más cálidas, como el sur, pueden tener más casos en el verano. Las zonas templadas podrían tener dos picos estacionales.“Creemos que la enfermedad COVID-19 puede volverse endémica, lo que significa que permanecerá dentro de la población humana, pero veremos picos en función de dónde nos encontremos en un punto geográfico particular”, dijo a The Washington Post el doctor Antarpreet Jutla, uno de los autores del estudio en la Universidad de Florida.“La severidad de los picos se definirá por qué tan fría es la temperatura y qué tan cálida es la temperatura”, aseguró Jutla, que junto a sus colegas analizaron los casos de COVID-19 en 19 puntos críticos de todo el mundo y descubrieron que los casos aumentaron por encima y por debajo de ciertos umbrales de temperatura y humedad. Por ejemplo, encontraron que el número de casos aumentaba cuando la temperatura del aire caía por debajo de los 16 grados Celcius o superaba los 24 grados, probablemente debido al comportamiento humano y las variables en el medio ambiente. También encontraron que el virus tiende a durar más tiempo en lugares secos.Científicos hallaron que el número de casos COVID aumentaba cuando la temperatura del aire caía por debajo de los 16 grados Celcius o superaba los 24 grados (REUTERS/Yves Herman)“Necesitamos diseñar básicamente las estrategias de intervención o mitigación en función del entorno en el que vivimos. Regiones como Florida, India, África, son cálidas. Básicamente son golpeadas por estas olas, pero en momentos diferentes a lo que sucede en las partes del norte, las regiones más frías”, apuntó el experto.La humedad y la temperatura juegan un papel en el tamaño de las partículas de coronavirus y cuánto tiempo puede durar el virus en el aire. Los ambientes más secos en las regiones más frías provocan la evaporación del agua y el tamaño de las partículas más pequeñas, lo que permite que el virus flote en el aire por más tiempo. Las personas también tienden a moverse adentro para evitar el clima más frío, lo que podría provocar la exposición de otras personas o el aire recirculado.Los ambientes húmedos en las regiones más cálidas contienen más agua, que puede condensarse en las partículas del virus, crear partículas de mayor tamaño y hacer que caigan al suelo más rápido. Se detectaron menos casos de COVID-19 entre 16 y 24 grados, cuando es probable que haya más personas afuera. Pero a medida que la temperatura sube por encima de los 24 grados, es probable que más personas entren para evitar el calor. Eso puede provocar la exposición de otras personas y el aire recirculado de los acondicionadores de aire, que reducen la humedad y secan el aire interior.Los climas más secos pueden aumentar el ritmo de las infecciones (REUTERS/Yves Herman)Varios estudios recientes han encontrado resultados similares entre la transmisión de COVID-19 y el clima. “Las infecciones de gripe también tienden a tener un patrón estacional, donde la temperatura, la humedad y la ubicación afectan las tendencias de los casos. Otras cosas que influyen en los aumentos repentinos de COVID-19 incluyen el comportamiento humano, las tendencias sociales y las tendencias económicas”, aseguró Jutla, que junto a sus colegas crearon un modelo para predecir el riesgo de COVID-19 semanalmente en los EEUU, que incluye cosas como la temperatura del aire, la humedad, la densidad de población, la estabilidad económica, la edad, la diversidad, la vivienda y el estado de vacunación.Los investigadores destacaron la importancia de la ventilación, la filtración y las máscaras utilizadas para prevenir la transmisión en interiores. Señalaron estudios de muestreo de aire que mostraron que una buena ventilación y filtración pueden reducir los casos de COVID-19 en lugares más grandes y concurridos, como los gimnasios. “Las ciencias del comportamiento social deben estar fuertemente entrelazadas con las ciencias naturales”, precisó la doctora Rita Colwell, una de las autoras del estudio y bióloga de la Universidad de Maryland.“La intersección del entorno físico y el comportamiento humano en regiones cálidas y frías se ejemplifica en los informes de casos de COVID”, concluyó.SEGUIR LEYENDO:Guía de las vacunas recomendadas para aplicar como tercera dosis contra COVID-19Cuáles son los beneficios de combinar vacunas contra el COVID-19Por qué combinar vacunas en las dosis de refuerzo no genera efectos secundarios