A lo largo de la historia hay tres agentes que destacan por su alta contagiosidad y virulencia (Reuters)Mientras el mundo se encamina al segundo aniversario de una pandemia de la que no había registro en la vida moderna, el COVID-19 pelea cabeza a cabeza junto a otras patologías por entrar en la historia de las enfermedades infecciosas de la historia.Las enfermedades más infecciosas normalmente son aquellas de transmisión respiratoria, como los catarros comunes por ejemplo, y además como no producen una protección duradera las personas las adquieren repetidamente a lo largo de los años.Eso sí, a lo largo de la historia, entre los microorganismos que se sabe que tienen una transmisión máxima estaría el sarampión, contra la que si no existiese vacuna, “sería la enfermedad infecciosa que se transmite con más facilidad”, es decir, a un mayor número de personas a partir de un caso positivo.Así lo explicó en una entrevista el especialista en Microbiología y Parasitología de Clínica Universidad de Navarra (CUN), y miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Gabriel Reina.Es que ante el masivo caso de contagios que ocurren en todo el mundo con la variante Ómicron del SARS-CoV-2 son ya varios los expertos que se están aventurando a la hora de afirmar que esta puede que pase a ser una de las enfermedades más infecciosas de la historia.En diálogo con Infosalus, Reina destacó que, dado que la vacunación contra la infección del sarampión es tan elevada, la enfermedad ha estado controlada, salvo en algunos entornos donde se han dado brotes porque las coberturas vacunales han bajado sobre todo por debajo del 90%, fomentado en muchos casos por los antivacunas.Las enfermedades más infecciosas normalmente son aquellas de transmisión respiratoria (Eduardo Parra – Europa Press)
Asimismo, también precisó que a lo largo de la historia hay tres agentes que destacan por su alta contagiosidad y virulencia. Primeramente, hizo mención a la peste negra medieval, transmitida por una bacteria, y a través de las pulgas de las ratas. “En el momento en el que mejoraron las condiciones higiénicas, sobre todo a partir del siglo XVIII, estuvo todo más controlado; aunque aún siguen existiendo brotes de peste en algunos países”, especialmente en vías de desarrollo, destacó.Después, el experto de la CUN mencionó a la gripe, “un virus de muy alta capacidad de transmisión”, y con un potencial virulento “muy elevado”, como se demostró en la pandemia de 1918, donde fallecieron unos 40 millones de personas, en una población mundial entonces más reducida, y con una menor movilidad de las personas que la de ahora.El microbiólogo apuntó igualmente al virus del sida, el VIH, que empezó a circular a finales de los años 50, pero no fue hasta los 80 cuando ya la pandemia se hizo presente. En ese sentido, Reina sostuvo que ha causado más de 30 millones de muertes, y recordó que contra esta infección aún no hay vacuna, como sí las hay para disminuir el riesgo de contagio de la gripe o el sarampión.Según precisó el especialista, en España la peste no es un problema, pero sí lo es el sarampión y el VIH, que están presentes en forma de transmisiones, que en el caso del sarampión está muy determinada por la cobertura vacunal, siendo frecuente, por ejemplo, entre la población migrante que ingresa a ese país sin vacunar.“En los países en vías de desarrollo es en donde más problemas hay. La peste por peores condiciones higiénicas, el sarampión por una menor cobertura vacunal. En el caso del sarampión desde hace un par de décadas se han salvado más de 15 millones de vidas, gracias al impulso que ha tenido la vacunación, pero aún hay que seguir trabajando porque por ejemplo en el Congo, con quienes trabajamos en proyectos de investigación, se producen miles de muertes al año por esta enfermedad”, remarcó Reina.Para prevenir el contagio del COVID-19 hay varias vacunas disponibles, al igual que contra la gripe y el sarampión (Efe) En el caso del VIH, el experto apuntó que, a nivel del África subsahariana, la circulación es elevada y hay países con mucha prevalencia, con un 20-25% de población infectada por el VIH, y donde es un problema más severo.“Hoy hay más y mejores herramientas de prevención y mejores fármacos que consiguen reducir la población que tiene el virus en sangre y por lo tanto la capacidad de transmitir la infección, pero todavía hay mucho por hacer en el VIH y en el sarampión -señaló-. La peste está mucho más controlada; son anecdóticos los brotes, y estos son severos porque es muerte segura si te afecta”.Sobre si la variante Ómicron del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, dada su alta contagiosidad, convertirá a esta patología en una de las enfermedades más infecciosas de la historia, el especialista en Microbiología y Parasitología de Clínica Universidad de Navarra, opinó que “todavía es pronto para decir esto”.“Que tiene una mayor capacidad de transmisión que las variantes previas se sabe, pero todavía no sabemos bien el número de reproducción, de casos positivos generados a partir de un caso índice”, precisó el especialista, para quien “eso es más difícil de estimar ya con la alta cobertura vacunal que se tiene para determinarlo con exactitud. Pero sí que está claro que tiene una capacidad de transmisión altísima, y que puede estar al nivel de enfermedades como el sarampión, que decíamos que puede ser de las enfermedades más contagiosas de la historia”, sentenció el especialista.SEGUIR LEYENDOCómo se puede saber si una persona con COVID-19 se contagió con ÓmicronCon el “tsunami” de Ómicron, ¿todo el mundo tendrá COVID-19?En cuántos días deja de contagiar una persona que contrajo la variante Ómicron