Residentes de Bakersfield, en California, enfrentaron niveles peligrosos de contaminación atmosférica durante las primeras horas del martes, según un mapa en vivo de AirNow, plataforma que reúne datos de calidad del aire gracias a la colaboración de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y otros organismos. Los datos mostraron que tanto las partículas finas (PM2.5) como el ozono alcanzaron la categoría de “peligroso” en la zona, lo que implicó un riesgo generalizado para la salud de la población.La EPA advirtió que cuando la calidad del aire se ubica en la categoría “peligroso”, que corresponde a un índice de 301 o superior en la escala de Air Quality Index (AQI), se recomienda que toda la población evite actividades físicas al aire libre y que las personas en grupos de riesgo permanezcan bajo resguardo en interiores y reduzcan su nivel de actividad. Este sistema califica la contaminación atmosférica de acuerdo a rangos: de 0 a 50 (“bueno”), hasta los 301 o más (“peligroso”), usando colores y advertencias en función del nivel de riesgo.Simultáneamente, otras regiones del estado, como el suroeste y el oeste del condado de Imperial y el Valle de Coachella, se vieron afectadas por alertas de calidad del aire debido a “niveles dañinos de contaminación por polvo transportado por el viento”, de acuerdo con los avisos de las autoridades. Esta situación contribuyó a aumentar las preocupaciones por problemas respiratorios y cardiovasculares en las poblaciones locales, quienes debían seguir medidas preventivas para evitar complicaciones de salud adicionales.Grupos de riesgo y efectos sobre la saludLa propia EPA indica en su sitio web que tanto la exposición a corto como a largo plazo a altos niveles de contaminación atmosférica “se ha asociado con una amplia variedad de efectos en la salud humana, incluyendo el aumento de síntomas respiratorios, hospitalizaciones por enfermedades cardíacas y pulmonares, e incluso muerte prematura”. Como enfatiza el organismo, los llamados “contaminantes atmosféricos peligrosos o tóxicos” pueden provocar cáncer, efectos reproductivos graves o malformaciones congénitas. La agencia federal subrayó que niños, personas con enfermedades preexistentes y adultos mayores son especialmente sensibles a los efectos adversos del aire contaminado, y requieren precauciones adicionales en eventos como los registrados el martes en California. Según lo señalado en los avisos estatales, la exposición a la “contaminación por partículas puede llegar profundamente a los pulmones y causar problemas de salud serios, como ataques de asma, síntomas de enfermedades cardíacas o pulmonares y un mayor riesgo de infecciones pulmonares”. Si bien “todos pueden verse afectados, los grupos sensibles —personas con enfermedades pulmonares o cardíacas, mayores, mujeres embarazadas, niños y quienes pasan mucho tiempo al aire libre— enfrentan mayor peligro”. El monitoreo constante de los mapas de calidad del aire resulta fundamental para adaptar las medidas de prevención y la respuesta de salud pública.El papel del cambio climáticoLa relación entre cambio climático y contaminación atmosférica ha sido destacada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Según este organismo, el calentamiento global está incrementando los niveles de ozono y material particulado en diferentes regiones, lo que intensifica los impactos negativos sobre la salud humana. El ozono superficial, que constituye un componente central del smog, se relaciona con disminución en la función pulmonar, más visitas hospitalarias y un aumento en la mortalidad prematura.Los factores que contribuyen a la formación de ozono incluyen el calor, la presencia de precursores químicos y nivel de emisiones de metano. Por otro lado, incendios forestales y la estancación atmosférica agravan la presencia de partículas en el aire. El pronóstico de los CDC apunta a que, de mantenerse la tendencia actual y sin alteraciones en las regulaciones, en Estados Unidos podrían sumarse entre 1.000 a 4.300 muertes prematuras anuales hacia 2050 por la combinación de ozono y partículas suspendidas.