Optimismo sobre lo general, preocupación sobre lo particular

Optimismo en lo general, preocupación en lo particular. Esta puede ser la frase para describir la visión de buena parte de la producción agropecuaria.Dos informes recientes de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) realizados a partir de encuestas a unos 1400 productores y asesores que integran el movimiento dan cuenta de ese contraste.El Índice de Confianza del Empresario Argentino (Icea) de noviembre pasado, que se construye a partir de la percepción y expectativas de los empresarios que integran el Movimiento CREA, tuvo un aumento de cuatro puntos respecto de julio pasado y alcanzó el nivel más alto desde 2017. La tendencia alcista había comenzado a principios de año y ahora sigue en crecimiento.“COSMÉTICA”: VUELVE LA POLÉMICA POR LA REGLAMENTACIÓN DE UNA LEY DE AGROQUÍMICOS EN LA PAMPAAl descomponer las respuestas entre la situación económica general, la de las empresa agropecuaria y la situación del agro general, según el informe, el subíndice sobre la situación del país tuvo en noviembre un incremento de 9,5 puntos “y alcanzó el máximo histórico, incluso superando los registros de 2017″, dice el trabajo.“Esta evolución sugiere que los productores valoran positivamente el ordenamiento macroeconómico alcanzado en el último año, con logros como la reducción de la inflación, la eliminación del déficit fiscal, los procesos de desregulación y la eliminación del impuesto PAÍS, entre otros”, añade.Sin embargo, subíndice sobre la situación del negocio agropecuario se mantiene por debajo de los otros dos. El trabajo de los CREA afirma que hay un conjunto de factores que inciden negativamente sobre las empresas a nivel micro. “En un contexto de bajos precios internacionales, el tipo de cambio continúa apreciándose y ya se sitúa en niveles similares a los de los 90. En ese sentido, no hay definiciones claras sobre el levantamiento del cepo, los derechos de exportación siguen vigentes y aún es necesario comprender el nuevo escenario financiero”, afirma.El otro informe CREA que marca el contraste entre lo general y lo particular es el del Sistema de Encuestas Agropecuarias (SEA) de los CREA en el que pregunta sobre la situación del país, las condiciones actuales y futuras y si es momento o no para realizar inversiones.Según el relevamiento, un 70% afirmó que la situación económica del país es mejor que un año atrás, “el registro más elevado de la serie”, dice el estudio, “mientras que el 82% cree que el panorama será mejor dentro de un año”.No obstante, “la valoración positiva de la situación económica y financiera de las empresas es sustancialmente menor”, indicó. “En ese sentido, un 38% de los consultados manifestó que la situación económica y financiera de su empresa se encuentra mejor que un año atrás, un nivel que, si bien es superior al medido en noviembre del año pasado, se encuentra aún lejos del máximo registro de la serie correspondiente a fines del año 2016″, añadió.Para los CREA, “el contexto local y las relaciones de precios son factores que atentan contra la competitividad del agro, principalmente en el negocio agrícola”.Otra respuesta que reflejó la preocupación por la situación de la actividad es la relativa a las inversiones. El informe destaca que no hay un cambio de tendencia respecto de relevamientos anteriores ya que el 33% de los encuestados dijo que no es un momento propicio para realizar inversiones, en tanto que un 31% respondió que sí lo es. El resto afirmó que no tenía una certeza clara sobre la cuestión.Las respuestas de las encuestas de CREA reflejan que si bien hay un ánimo de aprobación general sobre la estabilización de la economía, hay una preocupación concreta sobre la evolución del negocio agropecuario. En otras palabras, en este contexto, el campo no despega.Y no es una cuestión de queja sectorial ni por los precios internacionales de los granos. Esta es una situación de riesgo habitual en la actividad que se enfrenta con distintas herramientas (diversificación de cultivos o comercialización, entre otras), sino porque no hay indicios de que la presión impositiva sobre la actividad vaya a reducirse en el corto plazo. Específicamente por el nivel de los Derechos de Exportación (DEX), conocidos como retenciones, sobre los que el Gobierno omite hablar cada vez que se elogia a sí mismo por el logro del superávit fiscal y la estabilización de la economía. Cuanto más se demore la decisión de bajar los DEX, menos incentivo a las inversiones del agro habrá en el corto plazo.Por Cristian MiraConforme a los criterios deConocé más

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