El alcalde de Cheste pensaba que la catástrofe de la dana solo afectaba a su pueblo. El socialista José Morell sospechó que la furia del agua, que el pasado martes 29 destruyó los puentes, las carreteras y los principales caminos de este municipio de 9.000 vecinos —famoso por su circuito de motos— solo caía en sus casas. “Nos quedamos aislados de todo”, cuenta ahora por teléfono. Una semana después, la comida y la luz ha vuelto a los hogares, pero el gas y el internet llega a cuenta gotas. El principal problema, dice, son las infraestructuras. Necesita que sus vecinos salgan a Valencia. Espera que la Unidad Militar de Emergencia (UME) construya en los próximos días un puente para conectar de nuevo a Cheste con las carreteras.Seguir leyendo Almudena A. Herrerías ha contribuido a esta pieza