A mediodía de un jueves, el barrio de La Latina, en Madrid, bulle de personas mayores yendo o viniendo a la compra del mercado de La Cebada, jóvenes y no tan jóvenes modernos acodados en cafeterías cuquis y furgonetas de reparto aprovisionando de bebidas a bares nocturnos cerrados al público. Aquí, en un amplio local con sótano, en medio de este abigarrado paisanaje, está la oficina y el estudio donde Ismael Serrano prepara su música, sus giras y su próximo proyecto, un podcast en el que hablará de lo humano y lo humano con sus colegas y amigos. Para sus posicionamientos políticos, ya tiene las redes sociales y todos los micrófonos que se le pongan por delante. A diferencia de otros, siempre con el neopreno puesto, Serrano se moja.Seguir leyendoDE CIENCIAS Y LETRASIsmael Serrano (Madrid, 50 años) estudió varios cursos de Física hasta que, para gran disgusto de su madre, que aún se lo reprocha en las reuniones familiares, abandonó la carrera para dedicarse en exclusiva a su gran pasión: la música, que venía cultivando desde muy joven en los circuitos de los cantautores de la época, en locales como Libertad, 8, en Madrid. En 1997, con su álbum Atrapados en azul, inauguró la composición y publicación de una nutrida colección de canciones que ahora rescata, arropadas por una gran orquesta, en el disco Sinfónico, grabado en Buenos Aires.