ACNUR pide cerca de 1.300 millones de euros para atender a 2,3 millones de refugiados de Sudán del Sur

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha hecho un llamamiento de 1.400 millones de dólares (unos 1.300 millones de euros) este año para financiar un nuevo Plan Regional de Respuesta a Refugiados con el que “satisfacer las necesidades” de los 2,3 millones de refugiados de Sudán del Sur que viven en República Democrática del Congo (RDC), Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda.

“Si bien los socios han logrado avances significativos y esfuerzos encomiables en los últimos diez años, el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados de este año se basa en el progreso incremental logrado y demuestra que, si se les dan los recursos, la ayuda humanitaria se combina con inversiones en resiliencia, tanto para los refugiados como para los refugiados, las comunidades de acogida que los acogieron facilitarán soluciones a largo plazo”, ha explicado el director regional de ACNUR para el Este y el Cuerno de África y la región de los Grandes Lagos, Mamadou Dian Balde.

El objetivo de ACNUR y de sus socios es, han explicado en un comunicado, “mejorar el entorno de protección para los refugiados y solicitantes de asilo a través de un mejor acceso al asilo y a la documentación civil”, tomando como punto de partida “los avances los avances ya logrados con los gobiernos anfitriones y los organismos regionales”.

“Sin duda, varios países de esta región están experimentando desafíos complejos que a menudo exigen importantes necesidades financieras. Sin embargo, el pueblo de Sudán del Sur merece nuestra atención y apoyo para que puedan contribuir significativamente a sus sociedades y adquirir habilidades para cuando finalmente puedan regresar a casa”, ha defendido Balde.

EDUCACIÓN, EMPLEO Y SALUD MENTAL

El proyecto contempla “apoyar la prestación eficiente de asistencia humanitaria y servicios de protección, incluida la prevención y las respuestas a la violencia de género y la explotación sexual”.

Entre las prioridades del nuevo plan se considera además “la inclusión de refugiados y solicitantes de asilo en los sistemas nacionales de salud, educación y otros sistemas”, “iniciativas para impulsar la autosuficiencia de las personas a través de oportunidades de empleo” y la prioridad de “la salud mental, especialmente entre los jóvenes (…), que están perdiendo la esperanza en su futuro debido a las limitadas oportunidades”.

Todo ello, “a través de asociaciones estratégicas con el sector privado y actores del desarrollo” con las que los socios prevén “mejorar el apoyo a la resiliencia y las soluciones para los refugiados y sus anfitriones”.

A este fin, “el plan se basará en políticas inclusivas lideradas por la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) y la Comunidad de África Oriental (EAC), y se alineará con las promesas hechas por los gobiernos, el sector privado y los donantes en el Foro Mundial sobre Refugiados 2023 en diciembre pasado”, según la mencionada nota.

Desde el inicio del conflicto en Sudán del Sur hace más de diez años, las necesidades humanitarias no han hecho sino aumentar, viéndose agravadas por el cambio climático, la escasez de alimentos y la inseguridad, que no solo han mantenido a los refugiados en el exilio sino que han provocado nuevos desplazamientos.

A esto se suman las graves inundaciones que durante cuatro años consecutivos han destruido hogares y medios de vida, alentando los movimientos transfronterizos.

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