Tras años de negociación, la Unión Europea cerró este miércoles un pacto migratorio en el que llevaba años trabajando y que endurece las condiciones de acogida. Un acuerdo que vincula a todos los Estados miembros, incluido Hungría, uno de los socios europeos con las posiciones más extremas en materia de migración y asilo. El primer ministro ultraconservador, Viktor Orbán, que en unas polémicas declaraciones comparó el acuerdo sobre la reubicación forzosa de migrantes con una “violación legal” a su país y Polonia, que se oponían, ha cargado de nuevo este jueves contra el nuevo paquete regulatorio y ha defendido su fórmula: que los demandantes de asilo permanezcan fuera de territorio europeo hasta que se resuelva su solicitud.Seguir leyendo