Por Maximilian HeathBUENOS AIRES, 4 jul (Reuters) – Líderes del sector
agropecuario de Argentina dijeron que aguardan señales de la la
nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, una funcionaria
heterodoxa que genera incertidumbre en un sector que es el motor
económico del país.Batakis fue designada el domingo, luego de que Martín Guzmán
renunciara a la cartera ante las fuertes críticas de
funcionarios que responden a la vicepresidenta Cristina
Fernández de Kirchner, defensora de un fuerte rol del Estado en
la economía.La flamante ministra ocupó la cartera económica en la
importante provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015 y es
considerada cercana a Fernández de Kirhner, con quien el sector
agropecuario mantuvo una conflictiva relación durante sus dos
presidencias, entre el 2007 y el 2015.”Nos interesa saber cuáles son los planes y el programa para
resolver los problemas de los productores y de la economía
argentina. Esperemos que mañana la nueva ministra nos diga qué
va a hacer”, dijo Nicolás Pino, presidente de Sociedad Rural
Argentina (SRA).El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA),
Jorge Chemes, exhibió la ansiedad del sector con respecto a los
próximos pasos económicos que dará el Gobierno tras la renuncia
de Guzmán.Pero fue el vicepresidente de CRA, Gabriel de Raedemaeker,
quien puso en palabras el recelo de muchos productores por la
llegada de Batakis al Ministerio de Economía.”A los botes … las mujeres y los niños primero!!!”,
escribió el dirigente rural en su cuenta de Twitter, dando a
entender que el “barco” de la economía se hundirá.El nombramiento de Batakis significa para muchos
agricultores el desembarco directo de Fernández de Kirchner en
Economía, que con Guzmán estaba en manos consideradas más
moderadas.El agro argentino mantuvo duras disputas con el Gobierno
durante las presidencias de Fernández de Kirchner, quien
propugnaba altos impuestos a las exportaciones agrícolas y
restricciones a los embarques para garantizar el abasto
doméstico.Actualmente la tasa a la exportación de trigo y de maíz es
del 12%, pero el Gobierno ha insinuado que podría subirla en el
último año. A su vez, a inicios de año el peronismo gobernante
subió el impuesto a las exportaciones de derivados de aceite y
harina de soja a 33%, desde el 31% previo.”Esperamos que no haya más intervenciones dañinas y
perjudiciales para la exportación, que no haya más subas de
retenciones (impuestos a las exportaciones) ni mayores normas”,
dijo Gustavo Idígoras, titular de la cámara de exportadores y
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