FIBA: Glory Wall, una propuesta con un disparador inquietante que no llega a derribar paredes

★★ (Italia). Creación: Leonardo Manzan y Rocco Placidi. Intérpretes: Alessandro Bay Rossi, Giulia Mancini, Leonardo Manzan, Rocco Placidi y Penelope Sangiorgi. Escenografía: Giuseppe Stellato. Diseño de iluminación: Paride Donatelli. Diseño de sonido: Filippo Lilli. Management internacional: Aldo Miguel Grompone. Producción: La Fabbrica dell’Attore, Teatro Vascello y Elledieffe. Dirección: Leonardo Manzan. Duración: 90 minutos. Sala: Dumont 4040. Funciones: hoy, a las 21.En el escueta información disponible en la página del FIBA, al espectáculo Glory Wall se la presenta de este modo: “Leonardo Manzan aborda el tema de la censura de forma radical e innovadora. Apenas tome asiento, la audiencia se enfrentará a la primera provocación: una pared que la separa del escenario. En esa pared hay agujeros, los llamados ‘glory-holes’, de los cuales emergen brazos, partes del cuerpo y objetos. Además, para invertir las convenciones teatrales, Manzan le pide a la audiencia que actúe”. A juzgar por el resultado, lo único cuestionable en todo este texto es cuando se refiera calificándola como algo radical e innovadora. Y en lo que hace a las convenciones teatrales, el espectáculo parece seguir la vieja convención de aquellas obras que coquetean con la transgresión sin, realmente, transgredir.Hay que reconocer que la primera imagen de este trabajo a cargo de jóvenes creadores (Manzan nació en 1992) es inquietante. El simple hecho de convertir a la cuarta pared en un muro es una humorada atractiva en términos plásticos. El mismo procedimiento de ir proyectando sobre esa misma pared blanca las reflexiones de su creador sobre la censura institucional y la autocensura de cualquier creador (hasta la de cualquier espectador) tiene su magia. A los minutos, siguiendo el protocolo de los glory holes en el plano de las prácticas sexuales, de uno de lo agujeros se asoma una boca abierta, deseante, esperando ser llenada. Es uno de lo tantos gestos irónicos y disparatados de Glory Wall que irá desplegando el trabajo a lo largo de su hora y media.A partir de la escena de la boca deseante se irán articulando diversas reflexiones sobre el arte, sobre la tradición teatral, sobre la sexualidad, sobre los artistas censurados, sobre las instituciones culturales, sobre trabajos icónicos de las artes visuales. De aquel primer agujero aparecerán otros desde los cuales emergen brazos, mas bocas, ojos, objetos y terminará todo en un reportaje entre un brazo que sostiene un micrófono y un pene que reflexiona sobre lo visto, que intenta dar un cierre a este trabajo que culmina con una larga lista de creadores censurados de distintos momentos históricos en una imagen, como tantas otras, de una fuerte potencia visual. Pero todo queda en chispazos efímeros que no logran crear un cuerpo más potente, cuestionador y de una reflexión más profunda aún en su faceta mordaz, irónica.Mas allá de reparos y objeciones, hay que reconocer que en la función de anoche el público de Dumont 4040 se comportó de manera sumamente entusiasta con la propuesta. Aún en el momento que le tocó intervenir de manera activa desde su butaca, situación que puede generar incomodidad en mas de uno, contó con la permanente aprobación de la platea que se sumó a lo lúdico de la consigna. Pero todo parece quedar en momentos sueltos, en algunas imágenes logradas y no mucho más que eso.Alejandro CruzTemasFIBA (Teatro)CríticasConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de TeatroGuerra en Ucrania. Tras el despido de Anna Netrebko, la ópera, el ballet y la música clásica toman posición en contra de la guerra de UcraniaTeatro. Luego de su estreno catalán llega Los perros al escenario de El PicaderoA los 54 años. Murió la actriz Valentina Fernández de Rosa, hija de Cristina Banegas y Alberto Fernández de Rosa

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